martes, 2 de marzo de 2010

Tabaré Vázquez es mi ídolo


Es por lejos el post más serio que escribo. Me documenté bastante para sostener lo que dice el título y tenía ganas de comentarlo hace tiempo.
Y ante el riesgo que implica afirmar tener a un (¿ex?) político de ídolo, acá van algunas ideas sueltas que, espero, le den forma y argumentos a esta entrada.
Tabaré Ramón Vázquez Rosas (nombre BIEN uruguayo) dejó ayer la presidencia del país vecino con más de 70 por ciento de aprobación, un índice de popularidad récord para un presidente saliente (si bien no sufrió el desgaste de un segundo mandato porque desistió de competir en las últimas elecciones). Por eso, si hoy los uruguayos se permiten tener un presidente -Pepe Mujica- que un tercio de su vida fue guerrillero es gracias al hecho de que antes hubo un gobierno como el de Tabaré, que sepultó dudas sobre la izquierda. Durante su mandato se multiplicaron las inversiones en el país y la economía creció sostenidamente.

Mucho menos carismático -y demagógico- que el caudillo Pepe, Tabaré es un moderado pero que siempre fue firme en sus convicciones. En este perfil suyo publicado por La Nación en 2005 cuando asumió la presidencia, el corresponsal revelaba: "Amable en el trato, el nuevo presidente uruguayo es un hombre enérgico. Maneja el concepto de autoridad con firmeza y cuando en el Frente Amplio se le cuestionó alguna decisión, supo golpear la mesa y decirles a los que no pensaban como él que no había lugar para la discrepancia interna. Incluso, hasta con expresiones fuertes del estilo de 'se callan o se van'". Durante los cinco años como máximo mandatario de Uruguay, entregó una imagen totalmente diferente a la nos acostumbramos a tener de este lado del río: la de una persona que siempre buscó el consenso. Aunque su candidato en las internas del Frente Amplio era Danilo Astori, apoyó a Mujica en todo momento.
Algunos datos biográficos (ya bastante conocidos) de Tabaré sorprenden. Nació el 17 de enero de 1940 en el barrio La Teja (cuna de los Tupamaros, aunque él no participó de esa organización). Fue el cuarto hijo de un obrero de Ancap y de un ama de casa. Al terminar el liceo debió interrumpir sus estudios para trabajar. Recién a los 23 años pudo entrar en la facultad de medicina. Se recibió de médico oncólogo en 1969. Se casó en 1964 con María Auxiliadora Delgado (Mary). Tuvieron tres hijos y criaron otro hijo adoptivo.
Ha sido exitoso en su profesión, lo que le permitió formar su propio consultorio y crear una clínica para atender gratuitamente a la gente humilde de su antigua barriada. En su momento, Vázquez dijo que pese al ejercicio de la presidencia no dejaría la medicina de lado y seguirá atendiendo a sus pacientes. Ahora también afirmó que iba a retomar las prácticas médicas tras su retiro.
Fue presidente del club de fútbol El Progreso y casi presidente de la Asociación Uuruguaya de Fútbol. Su familia tiene estrecha relación con la Iglesia Católica pero no es católico sino miembro de la masonería uruguaya.
Este último punto es clave y para mí fue una de las cuestiones que me definieron a Tabaré como un político distinto. Aún siendo socialista, siempre defendió su postura antiabortista. Y así fue como en 2008 vetó la ley que el Congreso había aprobado y que incluía la despenalización del aborto durante las primeras doce semanas de embarazo. Por su carácter de médico de profesión, el mandatario volvió a afirmar que no estaba de acuerdo con el aborto por razones éticas y científicas. Unas semanas después, renunció al Partido Socialista que él presidía y cuyos legisladores fueron los principales impulsores de la ley.
También se pueden mencionar dentro de otros logros la entrega de las laptops a los estudiantes de primaria y el anuncio para los estudiantes secundarios (unos días antes de las elecciones, vale aclarar) y la defensa sincera de las inversiones que llegaron a Uruguay (caso Botnia) así como la constante construcción de la democracia y de sus instituciones. Suena dificil creer que detrás de todo esto esté sólo una persona, más bien si Tabaré pudo hacer todo esto es porque contó con el favor de un sistema y de toda una sociedad en ese sentido. También resulta complicado creer que en su Gobierno no hubo escándalos de corrupción (sí los hubo) y otras cuestiones que son moneda corriente en los países latinoamericanos. Pero bue...
"Me voy con la conciencia tranquila, la frente en alto y las manos limpias", dijo Vázquez la semana pasada. Y yo le creo, vaya a saber si es por la necesidad de creer en un político o por qué.



No hay comentarios: