jueves, 11 de agosto de 2011

-(irónico) ¡Ay sí! ¡¿cómo no?! me va a llegar el pasaporte en 10 días


Martes 26 de julio, 19.20 En el Registro Nacional de las Personas, después de completar todos mis datos, tomar mis huellas dactilares (¡con un escáner de huellas!) y sacarme la peor foto de la historia, un administrativo medianamente amable me dice muy tranquilo que el DNI y el pasaporte que había tramitado iban a tardar 5 (DNI) y 10 (pasaporte) días en llegar.
Sábado 30 de julio, mediodía Por las dudas, paso por casa y le dejo a Papá los comprobantes necesarios para que el tipo del correo pueda entregarle los documentos a un mayor de 18 años. Es que la dirección que figura en mi DNI desde que nací nunca fue la del lugar en donde viví sino la del escritorio. Por las dudas, por las dudas, si en una de esas por algún acaso llegaran a llegar los documentos a tiempo...
Lunes 1 de agosto, 13.20 Recibo llamada de Papá. Primera sorpresa: llego el DNI, un día antes del plazo de 5 días (¿eran hábiles o no?) que el empleado aseguró que tardaría en llegar.
-No lo puedo creer -solté desorientado- Si la semana que viene llega bien el pasaporte voy a votar a Cristina.
Lunes 8 de agosto, 13.04 email de Papá: (asunto: Pasaporte) "No se puede creer. LLegó. Vamos a tener que votar a Cristina"
Sin palabras

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ni lo piensen por Dios!