lunes, 28 de noviembre de 2011

unmigone Goes London: London Baby!

Estoy en Londres. Sí, Londres.
114 días después de haber elevado una plegaria a la ciudad en donde el sol se pone en esta época del año antes de las 4 de la tarde aterricé en el aeropuerto de Heathrow en la fría mañana del sábado pasado.
Decía ese 4 de agosto en el cual le suplicaba una señal a London:

Entre los muchos lugares del mundo que todavía no pisé, Londres es el que está a la cabeza de mi lista imaginaria. Hoy decidí tomar medidas drásticas y ponerle fecha de vencimiento al bache turístico: me di un plazo de 1000 días para conocer la ciudad que acompaña el curso del Thames. Dicho esto, tenemos tiempo hasta el miércoles 30 de abril de 2014 para llegar de alguna manera hasta la puerta del Big Ben y sacarme una foto en la rotonda en donde Clark W. Griswold quedó atrapado eternamente. 1000 días nomás, 1000 días; 1000. C'mon London, dame una señal.

Una serie de hechos fortuitos desencadenados tras una invitación de un cliente me permitieron llegar hasta aquí. Pude completar un itinerario turístico bastante apretado que elaboró Walter. Próximamente, los detalles.
Y ahora que mi deseo se cumplió en formato Web 2.0 voy por más: quiero conocer Berlín.

jueves, 24 de noviembre de 2011

Los enemigos de Pedro

Palomas intrusas que no pueden encontrar la salida del cuarto

Helicópteros a control remoto que hacen ruido de mosca

9.12.11

jueves, 17 de noviembre de 2011

La pronunciación de las calles

Por más bilingües que sea(mos), el 98 por ciento de los argentinos pronunciamos el nombre de la calle Monroe, esa arteria de Belgrano que corta Cabildo al 2400, tal cual suena en español: MonroE, con un suave incremento en el sonido de la E final. No más de un tercio de la gente que dice MonroE debe saber que esa calle o avenida -según su altura- le debe su nombre a James Monroe, el quinto presidente estadounidense, cultor de su doctrina homónima y acuñador de la frase “América para los americanos”.
A ninguno se le ocurriría hablar de la actriz Marilyn MonroE (Monrou, dicen todos), pero en la Argentina, por más inglés que tengamos, casi nadie pronuncia Monroe correctamente cuando se refiere a la calle sin miedo a ser tildado de snob.
En Miami descubrí que pasa algo similar pero al revés. Ibámos con mis compañeros de trabajo a un almuerzo en Coral Gables. Llegábamos tarde. La que manejaba buscaba apurada el cámino más rápido hacia el restaurant en donde la periodista con la que debíamos encontrarnos ya estaba esperandonos. “Tomamos la Miracle Mile y doblamos en la Pons street”, decía Caro. “No, falta para la Pouns”, corregía Bernardo. Unos minutos más tarde, llegando a destino leí en el cartel que andábamos en realidad por la avenida Juan Ponce de León, bautizada así en honor al conquistador español. Nadie, ni siquiera los que tienen al castellano como idioma nativo, la llaman así. Para ellos es simplemente Pouns, tal cual para nosotros Monrou es MonroE.
Comenté el tema con mis compañeros, pero en el apuro, apenas escucharon mi comparativa y esbozaron una sonrisa forzada.

viernes, 11 de noviembre de 2011

miércoles, 9 de noviembre de 2011

unmigone goes Miami: regreso


1,2,3,4,5,6,7,8,9 bultos, 10... Aunque era la una de la mañana en Ezeiza y el inspector de aduana no tenía muchas ganas de investigar, igualmente me sometió a un breve interrogatorio.
-Maestro, ¿sos argentino?
-Sí
-¿Compraste mucho?
-Eee, noo, cosas para el bebé, juguetes, esta sillita sale 70 dólares nomás (me equivoqué, salía 30 y ni siquiera era para nosotros).
-Ah, ¿son dos? Bueno, pasá.
(fin del viaje)
Unas 25 horas antes habíamos llegado al aeropuerto con la esperanza de abordar el vuelo 4521. Pero la gente de Lan determinó que el avión no estaba listo para partir así que nos dejaron una noche más en Miami y nos hicieron perder un día de trabajo.
Con la sensación de que no saber cuánto tiempo puede pasar hasta que podamos volver allí, intentamos aprovechar de la mejor manera el tiempo de la estadía. Eso es bueno para la rentabilidad del viaje pero malo para nuestro descanso.
No hay queja, hicimos lo que el manual del buen viajero miamense indica (y más): visitamos todos los principales malls, estuvimos presentes en los festejos de Haloween, anduvimos en un Mustang, recorrimos la playa en bicicleta (Agus), caminamos la Lincoln de punta a punta muchas veces, tomamos café caminando por la calle, vivimos como los locales, aceptamos las invitaciones de los locales a sus casas y también tuve que trabajar.
Que se repita.

jueves, 3 de noviembre de 2011

miércoles, 2 de noviembre de 2011

unmigone goes Miami: Halloween


Lista casi exhaustiva de los disfraces que vimos ayer en los festejos de Halloween en Lincoln Rd:
Soldados de juguete tipo Toy Story
Familia Scooby Doo
Familia Picapiedras
Sombrerero (Alicia)
Morphsuits
V de Vendetta
Familia Mago de Oz (Padre: Espantapájaros, Madre: Dorothy, Hijo: León)
Abejitas
Piratas
Perros disfrazados
Tigger
La parca
Policías que no sabías si eran verdaderos policías
Kill Bill (la novia)
Baywatch gay
Brujas
Capitán América
Flash
Batman
Chapulín colorado
Chicas que pasan el cartel
Cervzas Corona pack
El que se escapó del hospital y se le ve el culo
Chucky
Blancanieves
Princesas
Vaca inflada
La guerra de los Roses
Monja embarazada
Estatua de la libertad
Egipcios
Batman y Gatúbela
Payasos diabólicos tipo IT
Nerds
Esqueletos
Gente en pijama y en toalla
Tiburón
Elvis
Mario Bros y Luigi
Osos