Fue en una tarde-noche plomiza de la semana pasada. El jueves 23 de diciembre de 2011, el mismo día en el cual celebra su decimoquinto cumplemes.
Ya había realizado varios amagues y mostrado su fuerte voluntad de emitir sonido, pero esta vez fue diferente. El agua era para él era "abba" pero el balbuceo estuvo acompañado un gesto señalando su vasito con agua que, traducido al lenguaje adulto, significaba "Papá, ¿me pasás el vaso con agua, por favor?".
Por las dudas, y para hacer una especie de certificado ISO, esperamos a que vuelva a pronunciar agua con el sentido que representa y asegurarnos así de que no haya sido una genialidad aislada o, peor aún, un engaño de la mente de los papás. Lo hizo 1, 2, 3, 4 veces en distintos momentos del fin de semana navideño. En algunos casos, hasta obligado por los insistentes pedidos de los familiares (y en presencia de testigos externos).
Me gusta que su primera palabra oficial haya sido agua y no Papá o Mamá. El agua es la esencia la vida, lo fundamental, lo básico. Lo primario.
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