sábado, 28 de diciembre de 2013

Calor puto, enemigo de los globos

Mi paciencia con este calor de mierda que sufrimos minuto a minuto desde hace dos semanas tiene un límite: la densidad del aire que no permite subir a los globos navideños.
Con mucha ilusión compramos con Pedro dos globos de papel seda que pretendíamos hacer levantar vuelo en Navidad. Lo intentamos el miércoles pasado. Probamos uno, empezó a calentarse la mecha, empezó a subir al rato. Bien, alegría. Pero a los dos metros empezó a bajar, como si estuviera sofococado. Probamos el segundo: se me calentó la mano, la mecha se extinguió y nunca subió. Pedro lloró, y yo lloré, y Joaqui río, y todo fue una gran confusión. 
Agus dijo, ¿y no será que no sube porque el aire de afuera está tan caliente que no hay diferencia con el del globo?
Elemental, Watson. Parece que el calor que se genera con la llama es para que el aire del globo sea menos denso que el aire... Y así el globo sube. Pero en días como estos eso es imposible.







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