jueves, 27 de abril de 2017

Ja-vierrr Mascheraaaa-no

Mascherano es Bruce, el de Súper Campeones.
Te amo, Masche.

lunes, 17 de abril de 2017

Guido Rocks (y nos enseña sobre empatía)


Todo lo que hace Guido es bueno. Juro que no es consumo irónico, es bueno en serio.
Hace más de cuatro años que vengo escribiendo sobre sus programas.
2013: A todo o nada 
2014: Los 8 escalones
2015: Dar la nota
Y este año cambié mi biografìa de Twitter (la red social más aburrida para postear, por cierto) en favor de él.
Circunstancialmente este año nos toca (a toda la familia, digo) entregarle nuestros ojos y oídos a "Las puertas" o al programa de los perros.
El año pasado fue el de los cantantes (El elegido?).
Pero viendo hoy su programa y escuchándolo hablar con un hombre de 76 años, ex marino, y comentarle que "hay que ponerse en el lugar del otro" me cayó la ficha. La clave del éxito de Guido Kaczka radica en la empatía. Una empatía genuina que encuentra correspondencia tanto en el participante como en el televidente. Sería muy interesante poder estudiar su habilidad para conducir desde ese lugar. No es pose, no es chiste, no es show. La empatía fluye naturalmente y eso hace que las salidas y el ida y vuelta con sus programas, en esencia, bastante esenciales, sean atrapantes.
Si fuera crítico diría que Kaczka es el conductor de televisión más interesante de los últimos 10 años. Pero no lo soy. Por eso uso este espacio para gritarle a la blogósfera que Guido es lo mejor de la TV abierta actual.

Cameron Crowe es mi ídolo Parte 2

Vuelvo a clavar una lanza en favor de Cameron Crowe. Hace unas semanas vimos Aloha (2015), una película cuya existencia desconocí hasta fines del año pasado, lo cual pone en evidencia mi tremenda descatualización del mundo cine.
En Aloha Cameron convoca a muchos actores de primera-primerísima línea (Bradley Cooper, Emma Stone, Bill Murray, Alec Baldwin) para involucrarnos en un proyecto rarísimo. Malo, para muchos, El capricho de filmar en Hawai, para otros.
Yo lo que más rescato es el intento de crear esos mundos fantásticos que son el terreno fértil para ese choque de fuerzas. De buenos y malos. De David contra Goliat. Del rock contra el resto. 
La ingenuidad, también. El optimismo. Esos componentes que empujan a seguir adelante a los personajes. A enfrentarse a los gigantes. 
Y, por último, los sueños. Los sueños de los buenos.
Y los buenos ganan. 
De eso se trata el rock. 
Y de eso se tratan las películas de Cameron Crowe.